viernes, 31 de octubre de 2008

Meritxell

La historia que voy a contar, tan sólo es un cuento que algunos pueden decir que es de miedo o que tan sólamente es un cuento que viene bien para Halloween.

Frente al tren que se disponía a coger, Meritxell, una adolecente rubia de tan sólo 13 años, esperaba junto a su familia la hora de cogerlo e irse tranquilamente de unas merecidas vacaciones. El reloj marcaba las 6 en punto y lentamente se evantaba del banco y se dirigía hacia el camarote del tren. En la última vista de la estación, vio una niña, de más o menos 11 años, que mostraba una apariencia terrorífica, vestida de negro, descalza, pálida y sus labios de un color rojo fuego,que estaba en el lugar más oscuro de la estación mirando fijamente a Meritxell, sin moverse, y por un momento se le pasó por la cabeza que podría estar muerta, pero pensó que era ridículo y finalmene subió al tren. No paraba de pensar en aquella niña, ¿quién podría ser? ¿Por qué no paraba de mirarla? Se repetía una y otra vez que jamás encontraría la respuesta pero con ello no desprendía los ojos del cristal, mientras que observaba un paisaje digno de admirar. Después de mucho tiempo finalmente se había quedado dormida, pero la despertó un gran estallido, ¡el tren había explotado y estaba en llamas!! Vio por su alrededor, absolutamente todo ardía excepto ella, y con total desesperación empezó a correr en busca de una salida y vio como poco a poco todos sus familiares se quemaban y se derretían lentamente, con los signos de horror que jamás cualquier ser humano habrá visto. La niña todavía seguía corriendo pero la detuvo un fuerte golpe en la cabeza que la dejó totalmente inconsciente y por un segundo, vio cómo toda su vida pasaba por delante de sus ojos y lentamente perdía la vista. Pasaron dos años completos hasta que por fin se despertó de ese terrible sueño. Descubrió el tiempo que había pasado y todo lo que había perdido, y desconsoladamente, lloró hasta que se quedó sin lágrimas, triste y solamente en una habitación del hospital. Ocho meses después, se recuperó por completo y tranquilamente vivía en un inmenso orfanato, acompañada de muchas amigas y de su dolor. Todo iba totalmente normal, sin ninguna sospecha, hasta que llegó el día que nunca quiso que llegara. Salía del colegio y se disponía marchar a su habitación hasta que vio en una esquina a la persona que jamás se habría imaginado, ¡a la niña! La misma niña que vio antes de subir a aquel tren y que sucediera aquella tragedia. No pegó ojo durantetoda la noche, haciéndose las mismas preguntas desde hace casi tres años. Al día siguiente le sucedió lo mismo, una y otra vez, así durante 2 años. Cuando no soportaba más aquella prescencia cerca de ella, una noche que por fin descansaba tranquila, la despertó un peso a los pies de su cama, vagamente y casi con un ataque al corazón abría los ojos y vió la forma del cuerpo parado de la niña, que la miraba fijamente a los ojos. Meritxell sudaba de terror y, costosamente, gesticuló unas palabras:
-¿Quién eres tú?¿Cómo te llamas?¿Qué haces aquí?
-No soy nadie, no tengo nombre y estoy aquí para hacerte más feliz.
-Com... Cómo?
La niña, con una fría sonrisa, dijo una frase que hizo que Meritxell le corriera un escalofrío que corriera por todo su cuerpo.
-Puedes gritar, pero nadie te oirá; Puedes correr e huir sin más.
Con esto se despertó y vió que tan sólo era un sueño, pero casi mortal. A la mañana siguiente, no paraba de pensar en lo que le había dicho y trataba de descubrir lo que quería decir. En esa misma noche, también despertó y se encontró con la niña, y le repitió lo mismo, así durante seis noches. A la séptima noche, que por fin pudo descansar tranquila, pero despertó en un sueño, en un sueño bastante anormal. Se ve acostada en su habitación, todo normal hasta ahora, pero la razón que la despertó fue como si alguien saliera corriendo y dar un portazo. Temblorosa se levanta y sale de su cuarto y está en el pasillo, todo normal. Anda unos pasos delante, luego a la derecha y otra vez delante, y un sonido surge de detrás de sus espaldas, gira la cabeza, y todo normal. Rápidamente entra a su habitación y por sorpresa, encuentra a la niña, delante de ella, esta vez vestida con un camisón blanco y su mano derecha sujetaba un enorme cuchillo carnicero. Meritxell, llena de terror y ansiedad, grita con todas sus fuerzas y descubre que no sale voz de su boca, y, víctima del pánico, sale corriendo de la habitación. Corrió durante mucho tiempo, pero le daba la sensación de que no se movía del mismo pasillo hasta que no pudo más, se rindió y finalmente calló al suelo. Pensó "total, sólo es un sueño y no podría pasarme nada, así que tranquila", y vió como poco a poco se acercaba la niña y lentamente se agachaba y cogía los párdados de Meritxell y los abrió de par en par y cortó los ojos de la niña, pero, como es común en los sueños uno no deja de ver lo que pasa en sus sueños, así que vió cómo pocoa poco desgarraba su piel y una gran mancha de sangre poco a poco se hacía más grande. No lo soportó más, se despertó y dejó de respirar, dejó de correr sangre en sus venas, su corazón dejó de palpitar. Nadie supo cómo murió, la niña sí, pero puede estar en cualquier parte.